Relato 6: Noche de tormenta

Buenas!! Llevaba un tiempo sin publicar nada, así que os dejo con otro relato muy morboso...

Os imagináis una noche de tormenta, acurrucado en tu cama oyendo los truenos y de pronto entraran tu primo y tu tío buscando guerra... pues esta situación la vivirá el primo morboso protagonista de mis relatos...

Espero que os guste y no dejéis de escribir vuestros comentarios...

Saludos!!

Paquetes76

Relato 6: Noche de tormenta

A pesar de la fuerte tormenta me quedé dormido sin problemas. Estaba solo en la habitación, mi primo todavía no había llegado. Las gotas de lluvia repiqueteaban en la ventana con fuerza. De tanto en tanto los rayos iluminaban toda la habitación, seguido del rugido de los truenos. Parecía que el cielo se fuera a desplomar sobre la casa…

Dormía, pero un fogonazo iluminó con intensidad la habitación, tanto que me desperté… como dos fantasmas a los pies de mi cama estaban mi primo y mi tío, iluminados por el último rayo y totalmente empapados, al parecer les había pillado la tormenta.

Seguramente volvían de pegarse una buena juerga, porque mi primo tenía la mirada ida y no paraba de reírse…:

- Uy, parece que nuestra putita se ha despertado, ¿te dan miedo los rayos?, soltó con sorna mi primo. Mi tío no dijo nada, simplemente se reía con los comentarios de su hijo.

Seguramente en su noche de borrachera uno al otro se habían confesado que hacían conmigo. Yo nunca le conté a mi primo que su padre me había follado en nuestro viaje a Alemania, solo mi tío sabía que su hijo me jodía muy a menudo, él mismo me lo había confesado…

- Venga papá, vamos a enseñarle de que somos capaces, dijo mi primo entre carcajadas. ¿No tenías ganas de un buen polvo? Quiero ver cómo lo jodiste cuando os fuisteis a Alemania…

La lluvia los había dejado bien mojados, sus ropas se pegaban a su piel e insinuaban sus cuerpos musculosos y fibrados. Hasta sus pantalones estaban mojados y claramente venían dispuestos con ganas de guerra, viendo sus paquetes abundantemente abultados.

Incapaz de decir una palabra los dejé hacer, sabía que tarde o temprano podría suceder… Se pusieron a ambos lados de la cama. mi primo no paraba de magrearse con fuerza el paquete. Estaban claras sus intenciones. Me agarró y me incorporó en la cama, me cogió del pelo y con fuerza me empotró contra su bultaco.

- Primito, ya sabes que tienes que hacer, ¿verdad?, ordenó mi primo.

Sin ninguna intención de reprimirme, devoré el rabo morcillón como tantas veces lo había hecho, sabía perfectamente cómo comérselo, me había vuelto un experto en dar placer a cualquier paquete que se me pusiera delante.
De reojo miraba a mi tío, que parecía estar excitado con las palabras de su hijo, e igual que él se estaba magreando el paquete. Con una de mis manos le ayudé a seguir aumentando su tamaño, una mueca en su cara me confirmó que le gustaba.

Pronto mi primo se liberó de sus pantalones y gayumbos que oprimían su enorme bulto. Dejó caer su enorme pollón sobre mi cara, golpeándome con su capullo. Yo hice lo propio con la polla de mi tío, la saqué al aire y palpé sus pelotas y su tronco totalmente erguido…

- Ves papá, ésta putita siempre tiene hambre, ya verás como devorará nuestras pollas! Dicho y hecho, mi primo me metió su enorme estaca en la boca.

Padre e hijo se apoyaron en el cabecero de la cama, la descomunal polla de mi tío también apuntaba hacia mi boca.

- Joder papá, que rabako se te ha puesto!! Venga putón, danos placer!!, ordenó con firmeza mi primo.

Así pues, como dos titanes luchaban por tener su espacio en mi boca. Y yo mamaba y chupaba como podía, nunca pensé que las tuviera las dos a la vez. Sin duda, sus vergas me podían y estaba dispuesto a sacarles partido.

El capullo de mi tío crecía desmesuradamente en mi garganta, compitiendo con la estaca de mi primo. Ambas me desfiguraban la boca pero seguía dándoles placer, mis mamadas ahora una, ahora la otra les ponía como toros, me había vuelto un mamador experimentado.

- Joder, como te gusta tragar polla, primito! Así, pronto estarán listas para reventarte el culito. Decía mi primo, mientras una de sus manos se estaba encargando de ponerme a tono el ano.

Sus dedos se hacían un hueco en mi dilatado culo, ya estaba acostumbrado a sus juegos…

 - Ves papá, qué rápido su culo se traga mis dedos, a este le podemos meter hasta el antebrazo! apuntaba mi primo mientras me metía cuatro dedos.

Me desclavó su enorme pollón de mi boca y lo dirigió a mi culo. Un simple lapo en su estaca fue lo único que necesitó para lubricarlo, y sin darme cuenta, lo clavó de una estocada en mi ano. No puede gritar mucho, porque el rabo de mi tío seguía jugando con mi boca.

Mi tío seguía sin decir palabra y mantenía su sonrisa en sus labios. Le gustaba ver como su hijo me estaba trepanando el ojete.

- Papá, no veas como me pone este culo!! Le podría estar dando horas y horas y seguiría pidiéndome polla!!

Notaba sus pelotas rebotando en mis nalgas y su enorme tranka perforadora llenando todo mi interior. Mi tío cada vez estaba más caliente, sacó su enorme rabo y le indicó a su hijo que había llegado su turno.

- Claro papá, te has puesto cachondo viéndome follar, tranquilo que te he dejado su culo bien preparado. Pórtate bien, que mi padre te va a dar una buena lección de rabo!

Tal como entró, me sacó su estaca dando paso al pollón de su padre. Mi tío no necesitó lubricarse, le había dejado el rabo bien mojado con mi saliva.

De tal palo tal astilla...mi tío me la clavó de un tirón! Esta vez sí que grité de inmenso placer!! Su pollón era un poco más grueso que el de su hijo.

- Así se hace papá, sin compasión! Reviéntale el culo!!, rugió mi primo mientras me volvía a poner la polla en la boca. Y tú!, traga, que aún no he terminado contigo!

La fogosidad de mi tío no tenía límites, bombeando con ritmo acelerado, perforando mi culo sin miramientos, a esas alturas ya estaba totalmente dado y yo solo podía aguantar el placentero dolor con resignación. Mi primo tampoco tuvo miramientos en meterme la polla hasta la garganta, casi que me mete sus pelotas velludas también.

- Papá, ¿quieres ver como tu sobrino es una excelente yegua?. Túmbate en la cama y deja que cabalgue sobre tí. - sugirió mi primo con una mueca pícara.

Casi sin sacarme la polla, mi tió cumplió la sugerencia de su hijo y se tumbó en la cama, agarrándome con fuerza mis usadas nalgas y mostrándome cómo quería que fuera el ritmo. Literalmente estaba botando sobre mi tío, dejando que su enorme y gruesa estaca se me clavara hasta el fondo de mis entrañas. Sus pelotas gruesas rebotaban en las paredes de mi culo.

- ¿Lo ves? Te dije que sabe cabalgar una buena verga! Comentó mi primo mientras se ponía detrás de mí, azotándome las nalgas y separándolas para que se incrustara mejor el pollón de su padre.

A veces, el vergón de mi tío salía entero dejando ver el agujero de mi ano abierto de par en par, y eso hacía las delicias de su hijo, que observaba con placer la penetrada que me estaba haciendo.

- Papá, lo estás perforando como se merece. Éste tiene el culo tan dado que podríamos entrar los dos a la vez...

El comentario de mi primo lo recibí con sudores fríos, solo pensar en tener esos pollones enormes a la vez me hacía estremecer de dolor. Casi sin dejarme asimilarlo, mi primo ya se había subido a la cama y me estaba separando las nalgas. Su padre detuvo la follada y aceptó la propuesta, visto su cara de agrado y su sonrisa placentera.

- Argghhhhh!!!! - grité con todas mis fuerzas, mi primo estaba empujando salvajemente, haciendo que mi culo se ensanchara a límites inhumanos.

Pronto, como dos machos salidos, como si llevaran días sin follar, empezaron a bombear sus enormes estacas. Jadeaban, sudaban, su lujuria no tenía límites!! Sus pollas estaban desbocadas, como dos fieras fuera de si, luchando por conseguir su espacio dentro de mí.

- Mmmmm, ves, te dije que su culo podía con las dos! - jadeaba mi primo mientras seguía perforándome con fuerza.

Mi polla estaba totalmente hinchada y erecta, rebotando sobre la barriga de mi tío, no tardaría mucho en estallar con una enorme corrida, con el placer doloroso que me estaban dando.

Al unísono, padre e hijo estallaron a la vez, llenándome con sus lefas todo mi culo. Fue tanta la leche que me dieron que mi culo no pudo absorberla y salió a borbotones de mi ano, desparramándose sobre los huevos hinchados de mi tío. Sin poder aguantar más, mi capullo lanzó enormes trallazos de lefa, regando el pecho peludo de mi tío.

La habitación se llenó de gritos y jadeos, ahora que ya habíamos estallado en placenteros orgasmos, apagados por el sonido de un potente trueno…

Me desperté de golpe, estaba totalmente sudado y excitado… al parecer sólo había sido un sueño, un placentero sueño. Lo único real de aquella experiencia es que los pantalones de mi pijama estaban empapados con mi propia lefa.

Me fui al baño para limpiarme, al pasar delante de la habitación de mi tío vi que tenía la luz de la mesita encendida. Otra vez se había quedado dormido con la luz abierta. Entré sigilosamente para apagar la luz y pude ver su enorme erección bajo las sábanas y sus muecas de placer. Al parecer, no era el único que aquella noche de tormenta tenía sueños eróticos…

Apagué la luz y me volví a mi cuarto, sin dejar de pensar en el posible sueño de mi tío. ¿Estaría soñando lo mismo que yo?