Hola chavales!!
Ha pasado mucho tiempo desde que publiqué mi último relato, ya iba tocando una nueva entrega, ¿no?
Espero que la disfrutéis, os ponga calientes como perras y acabéis en pajas como si no hubiera un mañana!!
Salud y buen sexo!!
@paquetes76
La cueva de los piratas
La relación con Miguel iba viento en popa, desde el principio pactamos ser pareja abierta. Él sabía de mis escarceos con mi primo, mi tío y cualquier chulazo que se me pusiera por delante, y yo no ponía el grito en el cielo cuando Miguel venía con la polla oliendo a chocho, sí, por el momento, seguía siendo bisexual.
Yo le contaba sin ocultar ni un detalle mis aventuras sexuales, lo cual lo ponía cachondo al momento y acabábamos follando como cosacos.
Muy a mi pesar, Miguel seguía en el armario, así que de puertas afuera nuestra relación era totalmente secreta. Eso no impidió que me invitara a pasar unos días de vacaciones con sus padres en el apartamento que tenían en la playa.
Yo había estado en su casa, pero cuando follábamos nos asegurábamos que no hubiera nadie que nos cortara el rollo. En el apartamento sería más complicado, pero altamente mucho más morboso, sabiendo que nos podrían oír y pillar con las manos en el paquete…
La madre de Miguel, tendría cuarenta y pocos, le tuvo siendo muy joven. A los pocos años se separó del padre de Miguel y años más tarde conoció a Romano, un caribeño sabrosón, en un viaje a Puerto Rico. Flechazo instantáneo, y algo de pasión desenfrenada… convirtió a Romano en padrastro de Miguel. Con Romano siempre se habían llevado muy bien, cuando Miguel era un crío se iban a pescar y a darse largos chapuzones. De hecho, Miguel casi no recordaba a su padre biológico, hacía muchos años que se marchó a trabajar a Argentina.
Miguel me advirtió sobre Romano:
- Estoy seguro que te gustará, es un tiarrón, morenazo y más joven que mi madre (no llegaba a los 40). Es profesor de fitness, así que pura fibra… Te cuento que tiene un paquete de los que no se pueden esconder, así que no te quedes mirándolo y babeando...jejeje.
- Haces bien en decírmelo, seré prudente - dije yo sin evitar una sonrisa picarona.
Hizo bien en advertirme por qué cuando ví a Romano tuve un shock, sin poder contenerme mis ojos se clavaron en su entrepierna abultada…
Ya en la intimidad de nuestro cuarto le solté a Miguel:
- Joder tío, tu padrastro ha superado todas mis expectativas, está tremendo!!
- Ya te lo dije, pero no te hagas muchas ilusiones, no es hetero curioso, soltó Miguel entre carcajadas.
Después, viendo lo excitado que me había dejado Romano follamos como animales, aprovechando que sus padres habían quedado con unos amigos en la playa. Miguel contribuyó a ponerme caliente como una perra diciéndome que me imaginara el pollón de su padrastro, mientras me empotraba con fuerza...
Durante los primeros días intentaba evitar cruzar la mirada con Romano, sería muy arriesgado y seguro que me delataría. Miguel y él se llevaban estupendamente, siempre bromeando, parecían más colegas que padre e hijo.
Una mañana, Miguel y su madre salieron a hacer compras. Intenté no imaginar nada calenturiento, sabiendo que me quedaba a solas con Romano. Él iba de acá para allá ordenando cosas por el apartamento, cuando terminó me soltó:
- Hace un día estupendo, ¿te parece si hacemos un poco de entrenamiento (él corría todas las mañanas) y después nos damos un chapuzón en la playa?, conozco una cala muy tranquila dónde se puede hacer nudismo...si no te importa…
- Buena idea, un poco de deporte (claro que yo deseaba otro tipo de ejercicio...) no va mal...y por lo del nudismo, ningún problema, me gusta hacerlo… dije evitando ponerme rojo-salido-deseando-tener-sexo-ya… - le dejaremos una nota a Miguel, por si se quiere apuntar cuando vuelva - añadí yo.
- Perfecto, el conoce la cala - apuntó Romano.
El atuendo que se puso no podría ser más provocativo, unos pantalones cortos de deporte, sin ropa interior y una camiseta sin mangas holgada que dejaba ver su pectoral musculado y sus abdominales bien trabajadas. Con semejante proyectil entre las piernas y sin nada que lo sujetara (con un bóxer por ejemplo) ya os podéis imaginar el balanceo mientras corría...uff, menos mal que podía disimular la calentura con los sudores del ejercicio.
Llegamos a la cala, para ser casi verano había muy poca gente, algunos abuelos voyeur, un par o tres de parejas y algunos hombres sueltos en-busca-de-cruising...esto último lo sé por qué le hicieron un repaso a Romano cuando se bajó los pantalones que no veas… Su polla, aún en reposo, era de campeonato, y si a eso le sumabas el cuerpo de modelazo ya ni te digo!! Intenté pensar en cosas poco eróticas, como en la lencería de abuela, para evitar tener una empalmada que hiciera historia.
Tardamos nada y menos en meternos en el agua, fría para ser principios de junio, pero que iba de perlas para evitar ponerse morcillón. Su culo respingón, parecía una roca en medio del mar y su polla un enorme calamar…
Tomando el sol me puse con el culo hacia arriba, demasiado peligro tener la polla mirando al sol, no porque me quemara, sinó por ponerme morcillón en 0 coma. Seguramente, muchos de los tíos que estaban en la playa me tenían mucha envidia.
- Creo que eres el centro de atención de la playa - le dije a Romano.
- ¿Tú crees?, pero bueno, bien pensado, si he nacido con buen cuerpo para que ocultarlo... - me respondió con una sonrisa cautivadora.
Ni que lo dudes, nos haces un favor (pensé yo).
- Si quieres, conozco un sitio entre las rocas, como una cueva, ajena a miradas curiosas - me soltó a modo de proposición.
La idea me pareció muy morbosa, y todavía más cuando añadió:
- Esta cueva era nuestro (suyo y de Miguel) secreto, allí compartimos cosas de chicos - puntualizó guiñándome un ojo.
Después de alejarnos de la orilla y virar a la izquierda, vi la hendidura en la roca, el paraje era espectacular y permitía no ser espiado por algún voyeur. La grieta en la roca daba paso a una cavidad bastante amplia. Se notaba que era lugar de encuentro, visto que había envases de botellones, algún condón, y restos de cenizas de algún fuego para calentarse… en nuestro caso no haría falta ningún fuego, el calor lo llevamos a flor de piel…
- Creo que por aquí dejé una antorcha y unas cerillas, dijo mientras lo buscaba entre las rocas de la cueva. - Mejor si tenemos un poco de luz - añadió Romano.
La situación cada vez me estaba dando más morbo y empezaba a resultarme difícil no tener una erección de las que harían historia.
Romano encontró la antorcha, la encendió y la cueva se iluminó con una luz tenue, que permitía vernos perfectamente.
- Así mejor, ¿no?, preguntó Romano.
- Mucho mejor, ahora se aprecia el tamaño de la cueva (pensando por dentro, “se aprecia mejor el tamaño de tu miembro”).
- Aún me acuerdo cuando estando en la cueva, Miguel me preguntó si él tendría un pene como el mío, dijo Romano entre carcajadas. Estaba en plena adolescencia, tendría unos 12 años y empezaba a tener inquietudes sexuales… - puntualizó.
- Sí, ya se sabe, las comparaciones entre pollas son el tema recurrente, dije yo intentando no mirar su polla cada vez más morcillona.
- Ya! Como te decía, en esta cueva nos sentíamos libres de preguntar y hacer lo que quisiéramos… De hecho, Miguel me preguntaba a menudo sobre la masturbación, y claro, con tanto hablar de pajas, alguna vez habíamos acabado corriéndonos! Pero cada uno con la suya, eh?!, yo nunca le puse la mano encima, no pienses mal.
- Sí, sí, seguro que fuiste un buen referente (con semejante pollón, pensé)
Por un momento se instaló el silencio, seguramente fueron segundos, pero noté que Romano quería preguntarme algo… Me fijé en su entrepierna y noté que debido a la conversación se estaba poniendo morcillón…
- Quería preguntarte...tú y Miguel sois buenos amigos…¿no?...¿o hay algo más…? - me soltó con nerviosismo…
Buff, y ahora qué le digo, pensé.
- Bueno, esta es la cueva de los secretos, ¿no?, espero que Miguel no me maldiga...hace tiempo que estamos liados...pum, lo solté a bocajarro.
Le conté la historia de cómo nos habíamos conocido (la follada conjunta con mi primo) y su visita posterior que dio origen a nuestra relación. Vamos, en unos minutos le dejé claro que era gay, morboso y que me gustaban mucho las pollas de gran calibre!. Si con todo mi historial no me follaba Romano es que no estaba interesado…
- Joder!!!! Tenía mis dudas sobre Miguel, aunque por lo que me cuentas es bisexual..., pero contigo ha encontrado un buen juguete sexual... - me dijo excitado, ahora sí que su polla parecía un cañón!!
- Sí, me gusta ser usado por un hetero curioso (me lancé), así que viendo como tienes la polla, no me importaría que te desahogaras conmigo, por Miguel no te preocupes, somos pareja abierta. - zasca, más directo no podía ser!
Dicho y hecho, se levantó con su rabo descomunal apuntando a mi boca como una lanza.
- Hace tiempo que un tío no me come la polla, siempre me ha dado mucho morbo, entre hombres sabemos cómo complacernos… - me dijo Romano.
- Pues has encontrado a uno experto en comer pollas y saciar al hombre más exigente. - señalé yo, mientras agarraba su cipote con las dos manos y abría la boca para tragármelo entero.
Lamí aquella tranca descomunal como si fuera la última polla que me fuera a comer. Recorrí con la lengua de los huevos hasta su glande sonrosado, succionando en determinados puntos, sintiendo como Romano se excitaba más y más. Al glande me entregué con pasión desenfrenada, metiendo la lengua en el orificio que se abría a mis placeres…
- Joder tío, ni que lo digas que eres un experto!! Como envidio a Miguel… - dijo entre gemidos cada vez más intensos.
Tuve que hacer mil esfuerzos para no atragantarme con el enorme calibre, pero conseguí tenerla toda en mi boca, succionándola, salivando intensamente. Romano vió claramente que podría follarme la boca intensamente y sin pensarlo dos veces, me agarró la cabeza con las dos manos y empezó a clavármela.
Por suerte, mi boca ya estaba entrenada a esas folladas, mi primo se había encargado del tema… así que me dejé hacer, escupiendo de tanto en tanto el exceso de saliva que me provocaba tener ese trabuco en la boca.
Estábamos tan entregados al sexo oral que no oímos que alguien nadaba entrando a la cueva...de pronto oímos una voz familiar…
- Joder!! Juan ya veo que no pierdes el tiempo...pero, joder, JODER!!!!, ROMANO!!!!, ¿qué? ¿qué?!!, joder! te está...te está comiendo la polla??!!!! - gritó Miguel, mientras paré en seco la follada bucal.
- Miguel, no te enojes… ha pasado lo que tenía que pasar...ya sabes que soy muy puta, y tu padrastro pues ya sabes, para qué negarlo, sería un desperdicio no aprovecharlo… - solté yo entre risas para romper el hielo.
- Miguel, sé que ha sido una sorpresa que no esperabas, pero soy bisexual, tu madre lo sabe, y no le importa… cuando vivía en Puerto Rico tenía sexo con tíos a menudo...práctica que no dejé cuando llegué a España… - confesó Romano con aire tranquilizador y añadió - De hecho, cuando eras un adolescente descubriendo tu sexualidad y nos veníamos a la cueva, con nuestras charlas y las pajas que te hacías… siempre tuve ganas de tocarte, pero nunca tocaría a un menor. Y ahora, en estas vacaciones, ha sido una revelación que vinieras con tan buena compañía y descubrir que no somos tan diferentes en cuanto gustos sexuales…
Miguel mantenía su cara de sorpresa, pero a la vez no ocultaba su satisfacción en descubrir la bisexualidad de su padre adoptivo, con la de noches que se había pajeado en la soledad de su cuarto deseando a su padrastro…
- Romano, la verdad es que no lo hubiera imaginado nunca, siempre te he visto tan hetero con mamá… Pero no negaré que me gustaba venir a la cueva y pensar en ti mientras me la cascaba… - confesó Miguel con pudor.
Volví a agarrar el pollón de Romano, aún mantenía un poco la erección y dije - Bueno, pues ahora que os habéis confesado, no sé vosotros, pero yo sigo teniendo hambre de polla, así que si no os importa me voy a acabar este pedazo de carne en barra… - solté con aire jocoso para liberar tensiones y dejar claro mis intenciones de hacer un trío brutal.
Dicho y hecho, volví a zampar su pollón para que recuperara su esbelta erección. Romano, jadeó ante mis nuevas lamidas y mamadas y no dejaba de mirar a Miguel con ojos deseosos, pidiendo que se acercara y se uniera…
- Estás ante uno de los mejores mamadores que he conocido. - soltó Miguel mientras se acercaba magreándose el paquete. - ¿Qué tal si mientras Juan te trabaja la polla, me pones a tono la mía...Romano? - añadió, indicando su abultado paquete.
- Ven aquí, y deja que por fin pueda saborearla... aceptó Romano con lujuria.
Así pués, Romano se entregó al doble placer, mamar y ser mamado. Se tragó entero el rabo de Miguel, succionando con fuerza, con las enormes bolas tocando su boca. Con semejante tragón, el pollón de su hijastro estuvo erecto en un santiamén. Y a la vez, el de Romano estaba desbocado en mi garganta.
La cueva se llenó de jadeos, chasquidos de labios, y placer sexual entre machos dispuestos a entregarse a sus deseos carnales.
Soltamos nuestras herramientas y unimos nuestras bocas en un morreo a tres, entrecruzando nuestras lenguas, repartiendo la saliva generada por las mamadas. Así los dejé, mientras me agaché para seguir trabajando, a partes iguales, sus pollas desatadas.
Tener aquellos rabos juntos en mi boca me ponía muy cerdo, y a ellos también que no dejaban de comerse la boca con pasión.
Luego, tumbados en el suelo, nos dispusimos a mamar cada uno una polla. Romano la mía, yo a Miguel y él a Romano, cerrando un círculo de entrega perfecta. Miguel mientras le comía la polla, jugaba con su ano metiéndole algún dedo. Y cuando le lamía los huevos hinchados aprovecha para deslizarse por detrás y lamer su culo duro como una roca.
- ¿Te gustaría follarme, verdad hijo?, jadeó Romano ante las lamidas de su hijastro.
- Sí, quiero penetrarte, mientras tú le rompes el ojete a Juan, él está acostumbrado a pollones de tu calibre. - propuso Miguel.
Suerte para mí, iba a ser poseído por aquel macho brutal, que me penetraría con fuerza mientras era culeado por Miguel. Así que, con nuestros rabos duros como el metal y un poco de saliva y sudor para dilatar los anos, nos juntamos en un tren.
Sentí la dureza del capullo de Romano trepanando mi interior con fuerza y decisión. Y la noté aún más, cuando Miguel se la clavó a él con fuerza. Mi culo recibió con entrega las duras embestidas, en cierta manera era como si me follara también Miguel…
- Mmmmm, que gusto sentir por fin tu lanza en mi culo, fóllame duro chaval, te tenía muchas ganas!! - jadeaba Romano, bombeando su tranka en mi culo y poniendo el suyo a disposición de Miguel.
- Joder Romano, que culazo tienes y como aguantas mis embestidas...mmmm - rugía Miguel mientras lo empotraba con más fuerza.
- Así Miguel, sigue follándotelo duro, igual que me follas a mí, por qué tus clavadas hacen que Romano me la meta hasta el fondo...mmmm….arghhh...asíiiiii!! - gritaba yo sintiendo aquel miembro brutal en mi culo.
Después de un rato de estar en posición de tren, Romano hizo que me tumbarà en una roca, me levantó las piernas apoyándolas en sus hombros y así tenía mi culo a su disposición para follarme mejor. Mi ano estaba tan acostumbrado que el enorme glande entró sin miramientos, a cuchillo, perforando mi interior con fuerza.
- Argghhhh!! Dios, este rabo me está volviendo loco!! - grité con todas mis fuerzas.
A la vez, Miguel tuvo que adoptar una nueva postura para seguir follando a Romano, que viendo la cara de este, lo estaba disfrutando como nunca.
- Miguel, ¡eres un empotrador!! ¡Vas a hacer que me corra en el culo de tu novio con un gran chorretón de lefa!! - rugió Romano.
Los gritos y rugidos de placer y sexo brutal inundaron la cueva, si se oían desde fuera, parecería que un animal marino descomunal habitaba en la cueva. Mi pene soltaba prelefa desde hacía rato y cada vez tenía el capullo más hinchado, pronto explotaría como un geyser…
- Mmmmmm, voy a estallar! ¡Sí, clávamela hasta el fondo, quiero correrme!! - jadeé yo con todos mis fuerzas.
- Síiiiiiiii! Siente mi pollón duro en tu culo, pronto vas a tener una invasión lechosa en tu interior. - dijo Romano.
Por los jadeos orgásmicos que estaba rugiendo Miguel, supe que no tardaría en correrse…
- Buffff…arrghhh...mmmm...meeee...meee corrrrrooooo, mmmm, arghhhhhh - gritó Miguel, mientras su polla chorreaba leche en el interior de Romano saliendo disparada mientras seguía bombeándolo.
- Siiiiiiiiií, que ricoooooo!! Así, suelta toda tu carga, ¡préñame!!! mmmmmmmmm… arghhhhhhhh… no puedo más… ¡argggggghhhhhhhhhhhh!!!!!!! - gritó Romano explotando en mi culo.
La inmensa corrida de Romano me llenó por completo, sentí su leche desbocada como nunca antes, deslizándose por mis nalgas, escupiendo como un volcán en erupción. Romano me siguió penetrando con dureza, hasta soltar la última gota y bombeando la lefa que salía disparada.
- ¡Arghhhhhhhhh!!!!! ¡Que preñada!!!! - grité yo mientras de mi polla brotaban grandes disparos de leche que me llegaron a mi cara.
Los jadeos y gritos se fueron calmando a la par que aumentaron los morreos a tres bandas, las lamidas de pollas limpiando los restos de lefa para después compartirlos con otras bocas.
Salimos de la cueva exhaustos, nadando en pelotas hasta la orilla y sabiendo que aquello era solo el inicio de una relación sexual que aprovecharíamos el resto de las vacaciones. Pero eso, ya es otra historia...
Ha pasado mucho tiempo desde que publiqué mi último relato, ya iba tocando una nueva entrega, ¿no?
Espero que la disfrutéis, os ponga calientes como perras y acabéis en pajas como si no hubiera un mañana!!
Salud y buen sexo!!
@paquetes76
La cueva de los piratas
La relación con Miguel iba viento en popa, desde el principio pactamos ser pareja abierta. Él sabía de mis escarceos con mi primo, mi tío y cualquier chulazo que se me pusiera por delante, y yo no ponía el grito en el cielo cuando Miguel venía con la polla oliendo a chocho, sí, por el momento, seguía siendo bisexual.
Yo le contaba sin ocultar ni un detalle mis aventuras sexuales, lo cual lo ponía cachondo al momento y acabábamos follando como cosacos.
Muy a mi pesar, Miguel seguía en el armario, así que de puertas afuera nuestra relación era totalmente secreta. Eso no impidió que me invitara a pasar unos días de vacaciones con sus padres en el apartamento que tenían en la playa.
Yo había estado en su casa, pero cuando follábamos nos asegurábamos que no hubiera nadie que nos cortara el rollo. En el apartamento sería más complicado, pero altamente mucho más morboso, sabiendo que nos podrían oír y pillar con las manos en el paquete…
La madre de Miguel, tendría cuarenta y pocos, le tuvo siendo muy joven. A los pocos años se separó del padre de Miguel y años más tarde conoció a Romano, un caribeño sabrosón, en un viaje a Puerto Rico. Flechazo instantáneo, y algo de pasión desenfrenada… convirtió a Romano en padrastro de Miguel. Con Romano siempre se habían llevado muy bien, cuando Miguel era un crío se iban a pescar y a darse largos chapuzones. De hecho, Miguel casi no recordaba a su padre biológico, hacía muchos años que se marchó a trabajar a Argentina.
Miguel me advirtió sobre Romano:
- Estoy seguro que te gustará, es un tiarrón, morenazo y más joven que mi madre (no llegaba a los 40). Es profesor de fitness, así que pura fibra… Te cuento que tiene un paquete de los que no se pueden esconder, así que no te quedes mirándolo y babeando...jejeje.
- Haces bien en decírmelo, seré prudente - dije yo sin evitar una sonrisa picarona.
Hizo bien en advertirme por qué cuando ví a Romano tuve un shock, sin poder contenerme mis ojos se clavaron en su entrepierna abultada…
Ya en la intimidad de nuestro cuarto le solté a Miguel:
- Joder tío, tu padrastro ha superado todas mis expectativas, está tremendo!!
- Ya te lo dije, pero no te hagas muchas ilusiones, no es hetero curioso, soltó Miguel entre carcajadas.
Después, viendo lo excitado que me había dejado Romano follamos como animales, aprovechando que sus padres habían quedado con unos amigos en la playa. Miguel contribuyó a ponerme caliente como una perra diciéndome que me imaginara el pollón de su padrastro, mientras me empotraba con fuerza...
Durante los primeros días intentaba evitar cruzar la mirada con Romano, sería muy arriesgado y seguro que me delataría. Miguel y él se llevaban estupendamente, siempre bromeando, parecían más colegas que padre e hijo.
Una mañana, Miguel y su madre salieron a hacer compras. Intenté no imaginar nada calenturiento, sabiendo que me quedaba a solas con Romano. Él iba de acá para allá ordenando cosas por el apartamento, cuando terminó me soltó:
- Hace un día estupendo, ¿te parece si hacemos un poco de entrenamiento (él corría todas las mañanas) y después nos damos un chapuzón en la playa?, conozco una cala muy tranquila dónde se puede hacer nudismo...si no te importa…
- Buena idea, un poco de deporte (claro que yo deseaba otro tipo de ejercicio...) no va mal...y por lo del nudismo, ningún problema, me gusta hacerlo… dije evitando ponerme rojo-salido-deseando-tener-sexo-ya… - le dejaremos una nota a Miguel, por si se quiere apuntar cuando vuelva - añadí yo.
- Perfecto, el conoce la cala - apuntó Romano.
El atuendo que se puso no podría ser más provocativo, unos pantalones cortos de deporte, sin ropa interior y una camiseta sin mangas holgada que dejaba ver su pectoral musculado y sus abdominales bien trabajadas. Con semejante proyectil entre las piernas y sin nada que lo sujetara (con un bóxer por ejemplo) ya os podéis imaginar el balanceo mientras corría...uff, menos mal que podía disimular la calentura con los sudores del ejercicio.
Llegamos a la cala, para ser casi verano había muy poca gente, algunos abuelos voyeur, un par o tres de parejas y algunos hombres sueltos en-busca-de-cruising...esto último lo sé por qué le hicieron un repaso a Romano cuando se bajó los pantalones que no veas… Su polla, aún en reposo, era de campeonato, y si a eso le sumabas el cuerpo de modelazo ya ni te digo!! Intenté pensar en cosas poco eróticas, como en la lencería de abuela, para evitar tener una empalmada que hiciera historia.
Tardamos nada y menos en meternos en el agua, fría para ser principios de junio, pero que iba de perlas para evitar ponerse morcillón. Su culo respingón, parecía una roca en medio del mar y su polla un enorme calamar…
Tomando el sol me puse con el culo hacia arriba, demasiado peligro tener la polla mirando al sol, no porque me quemara, sinó por ponerme morcillón en 0 coma. Seguramente, muchos de los tíos que estaban en la playa me tenían mucha envidia.
- Creo que eres el centro de atención de la playa - le dije a Romano.
- ¿Tú crees?, pero bueno, bien pensado, si he nacido con buen cuerpo para que ocultarlo... - me respondió con una sonrisa cautivadora.
Ni que lo dudes, nos haces un favor (pensé yo).
- Si quieres, conozco un sitio entre las rocas, como una cueva, ajena a miradas curiosas - me soltó a modo de proposición.
La idea me pareció muy morbosa, y todavía más cuando añadió:
- Esta cueva era nuestro (suyo y de Miguel) secreto, allí compartimos cosas de chicos - puntualizó guiñándome un ojo.
Después de alejarnos de la orilla y virar a la izquierda, vi la hendidura en la roca, el paraje era espectacular y permitía no ser espiado por algún voyeur. La grieta en la roca daba paso a una cavidad bastante amplia. Se notaba que era lugar de encuentro, visto que había envases de botellones, algún condón, y restos de cenizas de algún fuego para calentarse… en nuestro caso no haría falta ningún fuego, el calor lo llevamos a flor de piel…
- Creo que por aquí dejé una antorcha y unas cerillas, dijo mientras lo buscaba entre las rocas de la cueva. - Mejor si tenemos un poco de luz - añadió Romano.
La situación cada vez me estaba dando más morbo y empezaba a resultarme difícil no tener una erección de las que harían historia.
Romano encontró la antorcha, la encendió y la cueva se iluminó con una luz tenue, que permitía vernos perfectamente.
- Así mejor, ¿no?, preguntó Romano.
- Mucho mejor, ahora se aprecia el tamaño de la cueva (pensando por dentro, “se aprecia mejor el tamaño de tu miembro”).
- Aún me acuerdo cuando estando en la cueva, Miguel me preguntó si él tendría un pene como el mío, dijo Romano entre carcajadas. Estaba en plena adolescencia, tendría unos 12 años y empezaba a tener inquietudes sexuales… - puntualizó.
- Sí, ya se sabe, las comparaciones entre pollas son el tema recurrente, dije yo intentando no mirar su polla cada vez más morcillona.
- Ya! Como te decía, en esta cueva nos sentíamos libres de preguntar y hacer lo que quisiéramos… De hecho, Miguel me preguntaba a menudo sobre la masturbación, y claro, con tanto hablar de pajas, alguna vez habíamos acabado corriéndonos! Pero cada uno con la suya, eh?!, yo nunca le puse la mano encima, no pienses mal.
- Sí, sí, seguro que fuiste un buen referente (con semejante pollón, pensé)
Por un momento se instaló el silencio, seguramente fueron segundos, pero noté que Romano quería preguntarme algo… Me fijé en su entrepierna y noté que debido a la conversación se estaba poniendo morcillón…
- Quería preguntarte...tú y Miguel sois buenos amigos…¿no?...¿o hay algo más…? - me soltó con nerviosismo…
Buff, y ahora qué le digo, pensé.
- Bueno, esta es la cueva de los secretos, ¿no?, espero que Miguel no me maldiga...hace tiempo que estamos liados...pum, lo solté a bocajarro.
Le conté la historia de cómo nos habíamos conocido (la follada conjunta con mi primo) y su visita posterior que dio origen a nuestra relación. Vamos, en unos minutos le dejé claro que era gay, morboso y que me gustaban mucho las pollas de gran calibre!. Si con todo mi historial no me follaba Romano es que no estaba interesado…
- Joder!!!! Tenía mis dudas sobre Miguel, aunque por lo que me cuentas es bisexual..., pero contigo ha encontrado un buen juguete sexual... - me dijo excitado, ahora sí que su polla parecía un cañón!!
- Sí, me gusta ser usado por un hetero curioso (me lancé), así que viendo como tienes la polla, no me importaría que te desahogaras conmigo, por Miguel no te preocupes, somos pareja abierta. - zasca, más directo no podía ser!
Dicho y hecho, se levantó con su rabo descomunal apuntando a mi boca como una lanza.
- Hace tiempo que un tío no me come la polla, siempre me ha dado mucho morbo, entre hombres sabemos cómo complacernos… - me dijo Romano.
- Pues has encontrado a uno experto en comer pollas y saciar al hombre más exigente. - señalé yo, mientras agarraba su cipote con las dos manos y abría la boca para tragármelo entero.
Lamí aquella tranca descomunal como si fuera la última polla que me fuera a comer. Recorrí con la lengua de los huevos hasta su glande sonrosado, succionando en determinados puntos, sintiendo como Romano se excitaba más y más. Al glande me entregué con pasión desenfrenada, metiendo la lengua en el orificio que se abría a mis placeres…
- Joder tío, ni que lo digas que eres un experto!! Como envidio a Miguel… - dijo entre gemidos cada vez más intensos.
Tuve que hacer mil esfuerzos para no atragantarme con el enorme calibre, pero conseguí tenerla toda en mi boca, succionándola, salivando intensamente. Romano vió claramente que podría follarme la boca intensamente y sin pensarlo dos veces, me agarró la cabeza con las dos manos y empezó a clavármela.
Por suerte, mi boca ya estaba entrenada a esas folladas, mi primo se había encargado del tema… así que me dejé hacer, escupiendo de tanto en tanto el exceso de saliva que me provocaba tener ese trabuco en la boca.
Estábamos tan entregados al sexo oral que no oímos que alguien nadaba entrando a la cueva...de pronto oímos una voz familiar…
- Joder!! Juan ya veo que no pierdes el tiempo...pero, joder, JODER!!!!, ROMANO!!!!, ¿qué? ¿qué?!!, joder! te está...te está comiendo la polla??!!!! - gritó Miguel, mientras paré en seco la follada bucal.
- Miguel, no te enojes… ha pasado lo que tenía que pasar...ya sabes que soy muy puta, y tu padrastro pues ya sabes, para qué negarlo, sería un desperdicio no aprovecharlo… - solté yo entre risas para romper el hielo.
- Miguel, sé que ha sido una sorpresa que no esperabas, pero soy bisexual, tu madre lo sabe, y no le importa… cuando vivía en Puerto Rico tenía sexo con tíos a menudo...práctica que no dejé cuando llegué a España… - confesó Romano con aire tranquilizador y añadió - De hecho, cuando eras un adolescente descubriendo tu sexualidad y nos veníamos a la cueva, con nuestras charlas y las pajas que te hacías… siempre tuve ganas de tocarte, pero nunca tocaría a un menor. Y ahora, en estas vacaciones, ha sido una revelación que vinieras con tan buena compañía y descubrir que no somos tan diferentes en cuanto gustos sexuales…
Miguel mantenía su cara de sorpresa, pero a la vez no ocultaba su satisfacción en descubrir la bisexualidad de su padre adoptivo, con la de noches que se había pajeado en la soledad de su cuarto deseando a su padrastro…
- Romano, la verdad es que no lo hubiera imaginado nunca, siempre te he visto tan hetero con mamá… Pero no negaré que me gustaba venir a la cueva y pensar en ti mientras me la cascaba… - confesó Miguel con pudor.
Volví a agarrar el pollón de Romano, aún mantenía un poco la erección y dije - Bueno, pues ahora que os habéis confesado, no sé vosotros, pero yo sigo teniendo hambre de polla, así que si no os importa me voy a acabar este pedazo de carne en barra… - solté con aire jocoso para liberar tensiones y dejar claro mis intenciones de hacer un trío brutal.
Dicho y hecho, volví a zampar su pollón para que recuperara su esbelta erección. Romano, jadeó ante mis nuevas lamidas y mamadas y no dejaba de mirar a Miguel con ojos deseosos, pidiendo que se acercara y se uniera…
- Estás ante uno de los mejores mamadores que he conocido. - soltó Miguel mientras se acercaba magreándose el paquete. - ¿Qué tal si mientras Juan te trabaja la polla, me pones a tono la mía...Romano? - añadió, indicando su abultado paquete.
- Ven aquí, y deja que por fin pueda saborearla... aceptó Romano con lujuria.
Así pués, Romano se entregó al doble placer, mamar y ser mamado. Se tragó entero el rabo de Miguel, succionando con fuerza, con las enormes bolas tocando su boca. Con semejante tragón, el pollón de su hijastro estuvo erecto en un santiamén. Y a la vez, el de Romano estaba desbocado en mi garganta.
La cueva se llenó de jadeos, chasquidos de labios, y placer sexual entre machos dispuestos a entregarse a sus deseos carnales.
Soltamos nuestras herramientas y unimos nuestras bocas en un morreo a tres, entrecruzando nuestras lenguas, repartiendo la saliva generada por las mamadas. Así los dejé, mientras me agaché para seguir trabajando, a partes iguales, sus pollas desatadas.
Tener aquellos rabos juntos en mi boca me ponía muy cerdo, y a ellos también que no dejaban de comerse la boca con pasión.
Luego, tumbados en el suelo, nos dispusimos a mamar cada uno una polla. Romano la mía, yo a Miguel y él a Romano, cerrando un círculo de entrega perfecta. Miguel mientras le comía la polla, jugaba con su ano metiéndole algún dedo. Y cuando le lamía los huevos hinchados aprovecha para deslizarse por detrás y lamer su culo duro como una roca.
- ¿Te gustaría follarme, verdad hijo?, jadeó Romano ante las lamidas de su hijastro.
- Sí, quiero penetrarte, mientras tú le rompes el ojete a Juan, él está acostumbrado a pollones de tu calibre. - propuso Miguel.
Suerte para mí, iba a ser poseído por aquel macho brutal, que me penetraría con fuerza mientras era culeado por Miguel. Así que, con nuestros rabos duros como el metal y un poco de saliva y sudor para dilatar los anos, nos juntamos en un tren.
Sentí la dureza del capullo de Romano trepanando mi interior con fuerza y decisión. Y la noté aún más, cuando Miguel se la clavó a él con fuerza. Mi culo recibió con entrega las duras embestidas, en cierta manera era como si me follara también Miguel…
- Mmmmm, que gusto sentir por fin tu lanza en mi culo, fóllame duro chaval, te tenía muchas ganas!! - jadeaba Romano, bombeando su tranka en mi culo y poniendo el suyo a disposición de Miguel.
- Joder Romano, que culazo tienes y como aguantas mis embestidas...mmmm - rugía Miguel mientras lo empotraba con más fuerza.
- Así Miguel, sigue follándotelo duro, igual que me follas a mí, por qué tus clavadas hacen que Romano me la meta hasta el fondo...mmmm….arghhh...asíiiiii!! - gritaba yo sintiendo aquel miembro brutal en mi culo.
Después de un rato de estar en posición de tren, Romano hizo que me tumbarà en una roca, me levantó las piernas apoyándolas en sus hombros y así tenía mi culo a su disposición para follarme mejor. Mi ano estaba tan acostumbrado que el enorme glande entró sin miramientos, a cuchillo, perforando mi interior con fuerza.
- Argghhhh!! Dios, este rabo me está volviendo loco!! - grité con todas mis fuerzas.
A la vez, Miguel tuvo que adoptar una nueva postura para seguir follando a Romano, que viendo la cara de este, lo estaba disfrutando como nunca.
- Miguel, ¡eres un empotrador!! ¡Vas a hacer que me corra en el culo de tu novio con un gran chorretón de lefa!! - rugió Romano.
Los gritos y rugidos de placer y sexo brutal inundaron la cueva, si se oían desde fuera, parecería que un animal marino descomunal habitaba en la cueva. Mi pene soltaba prelefa desde hacía rato y cada vez tenía el capullo más hinchado, pronto explotaría como un geyser…
- Mmmmmm, voy a estallar! ¡Sí, clávamela hasta el fondo, quiero correrme!! - jadeé yo con todos mis fuerzas.
- Síiiiiiiii! Siente mi pollón duro en tu culo, pronto vas a tener una invasión lechosa en tu interior. - dijo Romano.
Por los jadeos orgásmicos que estaba rugiendo Miguel, supe que no tardaría en correrse…
- Buffff…arrghhh...mmmm...meeee...meee corrrrrooooo, mmmm, arghhhhhh - gritó Miguel, mientras su polla chorreaba leche en el interior de Romano saliendo disparada mientras seguía bombeándolo.
- Siiiiiiiiií, que ricoooooo!! Así, suelta toda tu carga, ¡préñame!!! mmmmmmmmm… arghhhhhhhh… no puedo más… ¡argggggghhhhhhhhhhhh!!!!!!! - gritó Romano explotando en mi culo.
La inmensa corrida de Romano me llenó por completo, sentí su leche desbocada como nunca antes, deslizándose por mis nalgas, escupiendo como un volcán en erupción. Romano me siguió penetrando con dureza, hasta soltar la última gota y bombeando la lefa que salía disparada.
- ¡Arghhhhhhhhh!!!!! ¡Que preñada!!!! - grité yo mientras de mi polla brotaban grandes disparos de leche que me llegaron a mi cara.
Los jadeos y gritos se fueron calmando a la par que aumentaron los morreos a tres bandas, las lamidas de pollas limpiando los restos de lefa para después compartirlos con otras bocas.
Salimos de la cueva exhaustos, nadando en pelotas hasta la orilla y sabiendo que aquello era solo el inicio de una relación sexual que aprovecharíamos el resto de las vacaciones. Pero eso, ya es otra historia...
Buffff, con el frío que hace fuera y lo caliente que me ha puesto el relato.....
ResponderEliminarYa echaba de menos tus relatos y que derramaras tu....inspiracion por aquí. A saber que te habrá tenido entretenido, quizás otro tipo de derrames.....?? 😈😈😈😈, heheheh
Un fortísimo abrazo,
Hotdardo 🎯
Niño, que uno no es de piedraaaaaaahhhhggg... ups! ahora tengo que limpiar la pantalla, jejeje ;-)
ResponderEliminarEchaba tus relatos tan calientes e incestuosos !
Jejejeje, lo siento por tu pantalla... pero y la buena paja que te habrás hecho!?
EliminarMe alegro que te gusten, espero tener más tiempo para seguir escribiendo...
Saludos,
Paquetes76
Muchas gracias por tu comentario!! Como siempre se agradecen tus palabras de apoyo!
ResponderEliminarHe estado entretenido, pero no por los derrames que tu piensas... ya me gustaría!!
Saludos y feliz año!!!
paquetes76
me corri delicioso, me puso super cachondo
ResponderEliminarMe alegro!! Tienes más relatos para más pajas, jejeje
EliminarDisfrútalos!!😊😊😏
Saludos!!
Paquetes76