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Relato 9 - De Interrail por Europa

Buenas!!!

Creo que ya va siendo hora de seguir con las aventuras eróticas de mis personajes... ¿los habéis echado de menos? Siento la ausencia, y espero que me perdonéis con este nuevo relato.

Un saludo y buenas pajas!!

Relato 9 - De Interrail por Europa

Cuando mi primo Carlos nos propuso a Miguel y a mí hacer un viaje juntos nos quedamos atónitos, a ojos de mi primo, la relación entre Miguel y yo era totalmente secreta…

- Tíos, ¿qué os parece si nos pillamos unos días, y nos recorremos Europa en tren? Me ha dicho un colega que con el billete de Interrail te sale muy económico… y si pasamos de hoteles y nos llevamos la tienda de campaña no nos gastaremos mucho, además, Juan es un crack con los idiomas - me guiñó un ojo.

Miguel me miró sin saber qué decir, así que me lancé a la piscina…

- Primo, yo tengo un par de semanas libres… ¿dónde tienes pensado ir? Yo me apunto, ¡ya sabéis que siempre estoy dispuesto! - solté entre miradas pícaras.
Miguel me siguió el rollo

- ¿Un viaje los tres?? ¿Y en tienda de campaña? Me parece un plan estupendo, creo que nos lo pasaremos de puta madre… - dijo, mientras notaba su entrepierna dando espasmos. - Ja, ja, Miguel, ya veo que estás pensando en alguna guarrada recordando nuestro encuentro, ¿no? - soltó mi primo entre carcajadas.

Tuve que contenerme para no soltar una risotada nerviosa… si tú supieras, primo (pensé) la de veces que Miguel y yo nos hemos vuelto a ver, si hasta hemos tenido sexo con su padrastro
Miguel se dio cuenta que me estaba aguantando las ganas de reír y soltó:  - Hombre, Juan nos podrá aliviar las calenturas, por si no encontramos unas pibas durante el viaje… - apuntó sonriendo y guiñándome un ojo sin que Carlos se diera cuenta. Una salida a lo hetero, siempre evitaba levantar suspicacias…

Dicho y hecho, conseguí unos mapas de Europa y una guía de Interrail y empezamos a planificar el itinerario. Con mis conocimientos en turismo, ya me había graduado, pude aportar buenos consejos entre las propuestas de mi amante Miguel y mi primo empotrador: que sí Praga está chulo, que si en las playas griegas se puede tener rollo con guiris inglesas que buscan sexo con latinos, que si en los países de la Europa del este todo es muy barato, que si el ambiente techno de Berlín es de puta madre…

Ante tal variedad de propuestas, costó llegar a un acuerdo, pero al final (después de comerles las pollas hasta llenarme el gaznate con sus leches…) acordamos dos semanas desde Berlín hasta Croacia, pasando por Praga, Viena, Eslovenia y ya veremos si hacemos una incursión en Italia… Así teníamos un poco de todo: marcha nocturna, algunas propuestas culturales, buena comida y playas donde ponernos morenitos.

Evidentemente, Miguel y yo conspirábamos a escondidas, tramando cómo nos las ingeniaríamos para follar sin que Carlos se enterara… así nos pasamos la tarde, imaginado folladas en los WC de los campings y creando códigos para comunicarnos… Ya os podéis imaginar el calentón que nos entró, así que Miguel me acabó preñando después de comerme el rabo… si Carlos supiera lo bien que me come la polla para excitarme, él que se cree que es tan hetero…

El día que salimos con las mochilas cargadas, me puse morcillón viendo sus traseros duros y sus pantorrillas bien gruesas, ambos iban con unas bermudas. Solo de pensar cómo acabaría mi culo después de dos semanas con esos ejemplares de tiarrones, me entraban sudores fríos…

En el recorrido en tren hasta nuestra primera parada, Estrasburgo, tuvimos suerte, buena parte del recorrido estuvimos los tres solos en el camarote. Estaba un poco anticuado, con butacas que se convertían en una cama dura y literas que se descolgaban de la pared. A mi primo, la incomodidad de las butacas no le molestaba para dormir, pero Miguel y yo solo conseguíamos pegar alguna cabezadita.

En una de estas, con mi primo totalmente sobado, Miguel y yo empezamos a jugar, magreándonos los paquetes, mirando de reojo el bultako de mi primo e imaginando qué estaría soñando para ponerse tan caliente… Nos gustaba el riesgo, total si se despertaba, podríamos responder que el calor del tren nos ponía más calientes… estábamos seguros que mi primo se sacaría la polla y me obligaría a mamársela mientras Miguel jugara con mi culo…

Provocaba a Miguel, mientras que con una mano le palpaba la entrepierna a mi primo, ligeramente para que no se despertara, siguiendo de reojo las evoluciones en su rostro, y estar atento por si se despertaba. A Miguel, estos jueguecitos le ponían muy cachondo y yo estaba convencido que deseaba comerle el rabo…

Las bermudas de deporte de mi primo eran bastante holgadas y acostumbraba a usar ropa interior sin ajustar, provocando al personal con el balanceo de su increíble morcilla. Con semejante indumentaria, si seguía durmiendo soñando guarradas, pronto sería fácil sacar parte de su rabo fuera de las bermudas. Mi mano notaba cada vez más como el grosor aumentaba, igual que la lujuria en la mirada de Miguel. Así que me descalcé un pie y lo puse sobre la entrepierna de Miguel, presionando con mis dedos sobre su miembro y pelotas, efectivamente, tenía la polla dura…

Mi primo seguía roque y su rabo evolucionaba favorablemente, igual que la de Miguel, donde el capullo asomaba por debajo de sus pantalones cortos.

- Creo que pronto podré sacársela del pantalón y podremos admirar su capullo rosado - dije en voz baja.

- Mmmmm, tu tienes experiencia, con la de veces que me has contado las comidas nocturnas de polla que le has pegado… - apuntó Miguel mientras se acariciaba el glande.

Con extremo cuidado subí ligeramente las bermudas de mi primo, la holgura de su ropa interior me permitió meterle mano. El corazón me palpitaba fuertemente, pero ver a Miguel excitarse (se estaba pajeando) hizo que me lanzara. Casi pego un brinco cuando Carlos hizo un pequeño chasquido con los labios, pero después giró la cabeza sin abrir los ojos… Su verga tenía un tamaño considerable, pronto apareció morcillona erguida hacia la derecha. Parte del prepucio se había retirado, amaneciendo un capullo sonrosado ideal para ser mamado… La agarré con precaución y la separé un poco de la pierna donde reposaba. Mi primo volvió a chasquear… seguía bien dormido.

Así que, con delicadeza, le pajeé, separando la piel del glande. Miguel tenía el cipote totalmente tieso viendo la escena. 

- ¿Quieres tocársela? - pregunté con lascivia a Miguel.

- Buff, me encantaría..., me pongo malo con el rabako de tu primo… - contestó Miguel inclinando el cuerpo hacia delante.

Levanté el pollón bien erguido y me incliné para besarle la puntita. Miguel no daba crédito a mi osadía. Mis labios ejercieron una leve presión sobre el glande de mi primo, que reaccionó con un ligero gemido. Mis ojos lo miraban fijamente observando sus movimientos, mientras abrí la boca para succionarlo con cuidado.

- ¿Quieres probar tú? - le propuse a Miguel, sabiendo lo mucho que deseaba esa verga.
Con una mano sujetaba la polla de mi primo por la base, manteniéndola dura y recta e indiqué a Miguel que se acercara para que la catara.

- Joder, me da miedo que se despierte, pero la escena es tan morbosa que no quiero desaprovecharla… - susurró Miguel, acercando su rostro al pollón.

La olió, inspirando fuertemente el olor a semental que desprendía, y con la misma delicadeza, le lamió ligeramente el glande, besándole en la punta y haciendo pequeñas succiones. Por fin se hacía realidad uno de los sueños de Miguel, aunque estaba seguro que hubiera preferido comérsela entera y que mi primo lo viera…

De tanto en tanto, mi primo hacía algún movimiento peligroso y algún que otro gemido, el pulso se nos aceleraba pero después seguíamos disfrutando del delicioso manjar.

Así estuvimos un buen rato, oyendo los leves gemidos placenteros de mi primo.

- Creo que ya hemos tentado demasiado a la suerte - comenté en voz baja dejando la verga de mi primo.

- Si, no conviene despertar a la bestia - aprobó Miguel.

Dejé con cuidado que la polla reposara sobre su pierna y tapé con sus bermudas la enorme pieza, que gracias a nuestras mamadas y lamidas había adquirido un tamaño descomunal. Admiraba la capacidad de sueño profundo de mi primo, podríamos estar follando con Miguel como perros que no se despertaría. Pareció que Miguel me había leído el pensamiento, porque su cipote aún estaba erecto y apuntaba directo a mí.

- Mejor si me entretengo con tu rabo, total, no creo que este se despierte... - propuse, cogiendo su entrepierna y abriendo la boca para mamársela.

- Ya ves, probar el pollón de tu primo me ha puesto bien duro...mmmm… - dijo, mientras agarraba mi cabeza empujando hacía su miembro.

Con mucha más tranquilidad, me entregué al falo de Miguel, con una de mis mejores mamadas, de las que lo ponían a 100. Succionándolo, lamiendo, presionando sobre el glande, saboreando hasta el último rincón de su tronco, absorbiendo sus pelotas hinchadas… mientras Miguel se retorcía de placer en la butaca, mordisqueándose el labio para no soltar un grito de placer.

Con sus dos manos me agarraba fuertemente la cabeza, empotrándome su rabako hasta la garganta. Noté en sus pelotas que el geyser iba a estallar, así que para evitar limpiar el vagón, me dispuse a apretar fuertemente el tronco de su polla dejando que su lefa fluyera en mi boca a borbotones, tragándome hasta el último hilo de leche… Miquel jadeaba, reprimiendo los gemidos para no despertar a la marmota de mi primo. En otro lugar y momento, estoy seguro que Miguel hubiera gritado cuál fiera desbocada.

Después de la última gota, le besé en los labios, él respondió con agradecimiento y se nos escapó una ligera risa viendo que Carlos seguía sin enterarse.

Nos acomodamos en las butacas e hicimos como si no hubiera pasado nada. Me fijé que mi primo tenía aún un buen bulto bajo el pantalón… Pasados unos 10 minutos, Carlos se despertó con un rugido estirando sus brazos musculosos, abriendo ligeramente los ojos

- Joder, me he quedado frito…¿qué hora és? ¿dónde coño estamos? - vociferó mirando por la ventana. - ¿Cuántas horas llevo durmiendo, cabrones? - añadió mientras se recolocaba el paquete, advirtiendo que la tenía morcillona.

- No sé, llevas un rato… dormías tan profundamente, que Juan y yo no queríamos despertarte - respondió Miguel, con una leve sonrisa y guiñándome un ojo.

- No sé qué coño estaría soñando, pero tengo la sensación de haberme empalmado mientras dormía - nos hizo saber Carlos agarrándose el paquetón.

Miguel y yo tuvimos que contener la risa y evitar ser delatados…
 - ¿Qué primito, me alivias un poco el calentón? - me dijo magreándose el rabo por encima del pantalón.  - Igual Miguel también te da de merendar… - añadió Carlos.

- Vosotros haced, yo ya estoy serv… bien! - casi se le escapa a Miguel con una sonrisa nerviosa.

Mira por dónde iba a tener doble merienda, y eso sin contar que ya se la había chupado antes, así que dije: - Claro que sí primo, ya lo sabes que siempre estoy dispuesto! - apunté, acercando mis manos para masajear el paquete. El bulto estaba prácticamente igual que cuando habíamos iniciado el magreo con Miguel. Sin miramientos, me volví a lanzar a su pollón, chupando el abultado miembro por encima de los calzoncillos, húmedos aún con la saliva de Miguel y mía.

Sin ninguna delicadeza, mi primo me empotraba la cabeza, presionando fuertemente con una de sus manos, añadiendo algún alarido del tipo “así putón, trágatelo todo”, “da placer a tu macho”, “ordéñame” entre rugidos placenteros… De reojo, observaba la cara de Miguel, disfrutando de las maneras rudas de mi primo y dando forma a su rabo. Claramente se estaba excitando, otra vez.

El descomunal pollón de mi primo pronto estuvo a punto de caramelo, lo liberó de su ropa interior que formaba una estupenda tienda de campaña. Duro como una roca, el capullo resplandecía y estaba húmedo. Carlos se la agarró fuertemente, cuál lanza y le dio unos vaivenes, atizándome la cara con su estaca. Yo respondí, tragándome cuanto pude de esa descomunal verga, que a pesar de las innumerables mamadas que le había hecho, aún me daba arcadas debido a su gran tamaño, 23cm. Me fijé en Miguel, quien ya tenía la polla en mano, haciéndose una paja.

- ¡Así, traga!! Chúpaaalaaaa!! - ordenó mi primo jadeando - cómo me gusta empotrarte la boca hasta vaciar mis huevos, mmmm, grrrr, arghhhh - añadió.

Su enorme rabo me estaba empalando, literalmente. No podía dejar de mamar, sus manos me apretaban la cabeza.

- ¡Migueeeeeeeeeel, machooooooote! Al final no has podido resistirte, ¿eh?. Disfruta del espectáculo, después cuando lleguemos al motel ya podrás llenarle el culo… - bramó mi primo observando la paja que se estaba haciendo.

A pesar de la descargada que me había pegado, Miguel volvía a tener la polla tiesa. Se la estaba pelando a base de bien, mirando fijamente mi mamada y el falo de mi primo.

- Argfffff, ommghh, siiiiiiiiiii, siiiiiiiiiiiiiiigue, mmmmmmmmmmm, bufffffff. ¡¡Te voy a reventaaaaaaaaaaaaaaaar la boca con toda mi leche!!!! - grito mi primo clavándomela con todas sus fuerzas.

Una de mis manos notó la presión de sus pelotas, que estaban a punto de estallar. Sin poder apartarme, mi primo eyaculó con grandes disparos, llenándome de lefa. Esta vez, mi boca no pudo con tanto sémen, y se desbordó por mis labios, empapando mi mano que sujetaba sus huevos. De pronto, Miguel se levantó gimiendo:

- ¡Meeeeeeeeeeeeeeeeeee coooooooooooorrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrro cabrones! - gritó. Sin darme tiempo a reaccionar, de su polla brollaron 5 disparos de lefa que me impactaron en la cara.

- ¡Muy bien Miguelón!! En todo el jeto, menudo pajote de campeonato, cabrón! - rio Carlos, aplaudiendo la corrida. - Me has manchado la camiseta con tus trallazos, pero no importa, mi primito se encargará de limpiarlo todo… ¿verdad putita? - me ordenó mientras me sujetaba la cabeza indicando dónde tenía que lamer leche.

Limpié todos los restos de lefa, y ya de paso, me comí los restos de semen de la polla de Miguel, por segunda vez…

Pasado un rato, llegamos a nuestra primera parada técnica, en Estrasburgo. Allí teníamos que hacer cambio de tren, para después llegar a Berlín. Nos pillamos un motel cerca del centro histórico, así podríamos visitar esta bonita ciudad alsaciana.

- Estoy reventado, necesito una ducha ya - bramó mi primo nada más abrir la puerta de la habitación triple.

- Pasa tú primero, mientras Juan y yo buscaremos algún sitio para ir a comer - dijo Miguel, deshaciendo un poco la mochila.

Carlos de desnudó sin reparos, tirando la ropa sobre la cama, excepto los gayumbos que me los tiró a la cara entre risas. Su pollón, de grandes dimensiones aún en reposo, se balanceaba libremente, sacó el neceser y en pelotas se fue al baño.

Me fijé en Miguel que lo siguió con la mirada, él solo lo había visto alguna vez en el gym, yo ya estaba más que acostumbrado. Nada más oír el agua de la ducha correr, Miguel se lanzó a besarme la boca con pasión.

- Joder tío, qué ganas tenía de morrearte, me he puesto a 1000 en el tren chupándole el rabo a tu primo y después cuando te ha obligado a mamársela...uff, no me voy a quitar la erección permanente - dijo, mientras se sujetaba el paquete.

- Ya te he visto, y supongo que no ayuda mucho que mi primo se paseé en pelotas… - contesté, mientras le besaba.

Nos abrazamos, sintiendo el paquete de uno y otro, frotándolos, metiéndonos la lengua hasta el fondo, agarrándonos por la nuca. No nos importaba que Carlos estuviera duchándose al lado y que nos pillara enzarzados… las ganas nos podía. En otro momento, hubiéramos acabado en un 69 para después empotrarme el culo hasta dejarlo lleno.

- ¡Maricooooooooooooooonesssss, ¿qué coño hacéis??!! - nos gritó Carlos saliendo de la ducha con la toalla en la cintura.

Sin tiempo a reaccionar, tal fue nuestra pasión que no oímos el agua dejar de correr, ni a mi primo saliendo del baño. Nos separamos de golpe, sin saber cómo reaccionar o qué decir. Miguel estaba rojo de vergüenza y miedo por saber cuál sería la reacción de mi primo, que desconocía su faceta bisexual.

- Tenía que haberlo imaginado...tantas visitas, tanta complicidad entre vosotros...me cuesta creer que seas un bujarrón, Miguel, con la de conversaciones y pajas que nos hemos pegado hablando de tías… - dijo con sorna.

Miguel no sabía dónde mirar, pero con un hilo de voz dijo:

- Tío, me imagino que te he decepcionado, pero todo lo que hemos hablado era cierto - se envalentonó - desde que me presentaste a tu primo me han entrado más ganas de probar con un tío. Juan me ha ayudado mucho a explorar mi sexualidad, pero te aseguro que me gusta penetrar un buen coño y sobar un buen par de tetas...una cosa no quita la otra - intentó explicarse con nerviosismo.
Dejé que hablaran, limitándome a mirar, esperando la reacción de mi primo.

- Supongo que en este tiempo, mi primito te habrá dado culo ¿no?, ¿o también has puesto el tuyo, ¡maricona!? - dijo con ironía mientras se agarraba fuertemente el bulto y añadió. - Me parece que en este viaje, voy a tener dos bocas a mi disposición, ¿me equivoco? - nos preguntó a los dos.
Evidentemente, la reacción no podría ser otra en mi primo, tenía que demostrar quién era el macho alfa. Se agarró con fuerza el paquete, indicándonos que íbamos a ser castigados por nuestra osadía, pero ¿quién sería el primero en cumplir órdenes?

- Bueno, pues ante tal descubrimiento (miró a Miguel), tendremos que comprobar esas clases de mariconeo que te ha dado Juan… menuda puta has buscado para iniciarte… - dijo, dejando caer la toalla al suelo y mostrando su cada vez más tieso trabuco.

- Venga Miguel, ahora no seas tímido y demuéstrame que has aprendido… - añadió alzando su verga y ordenando mamar.

Miré a Miguel, con la mirada le indiqué que no podía hacer otra cosa, tenía que obedecer órdenes, esperando que mi primo no le castigara demasiado. En el fondo, era lo que estaba esperando, mamarle la polla. Si Carlos supiera lo que había pasado en el tren…

Miguel se acercó, con miedo pero a la vez deseo, hacía el pollón que tanto había soñado. Se dejó caer y calibró con una mano el grosor de la pieza. Ya lo había visto erecto más de una vez, pero ahora (después de la primera cata) podría saborearlo a placer. Mi primo le atizó con la polla dura en la cara, mientras ordenaba que abriera la boca y comiera.

 - Así, traga bien, saborea mi capullo gordo, mmmm, ya veo que te han enseñado bien…¡come! - jadeó mientras lo sometía.

La verdad es que Miguel había mejorado mucho su arte mamatorio, desde la primera vez que me la chupó hasta los últimos 69 con su padrastro, Romano. Se notaba que estaba disfrutando, recorriendo el tronco de la polla descomunal, lamiendo en círculos el majestuoso glande, tragando hasta atragantarse por las embestidas, succionando y apretando los labios, mientras Carlos le sujetaba la cabeza para empalarlo con fuerza.

- Juan, ¡ven aquí a mamar! - me gritó. Quiero tener vuestras putas bocas a mi disposición! Su enorme pollón entraba y salía de nuestras gargantas sin compasión. Miguel y yo entrelazamos nuestras lenguas, recorriendo el pistolón y besándonos, ante la atenta mirada de dominación de Carlos.

- Lo hacéis muy bien, ¡putones! De mi primito ya lo sabía, pero tú Miguel me has sorprendido… - nos dijo empujando con dureza su mástil en la boca de Miguel.

Su tranka resplandecía con nuestra saliva, completamente mojada hasta las pelotas. Sus 23 cm estaban totalmente duros, cuál lanza insertadora.

- Muy bien, un trabajo bucal excelente, a ver cómo se comportará tu culito… - dijo con putería. Un escalofrío recorrió el cuerpo de Miguel, sabiendo de las folladas a saco del semental de mi primo. - Juan, cómele el culo, quiero que se lo dejes bien húmedo, no creo que lo tenga muy dilatado… - añadió.

Separé las nalgas del culo respingón de Miguel y hendí mi lengua mojando su estrecho ano. Alguna vez Romano y yo le habíamos comido el culo, dándole un gran placer, y raramente, nos había dejado meterle un dedo o dos, para aumentar su orgasmo, pero de ahí a ser perforado por una tranka descomunal iba un trecho. Notaba los sudores fríos de Miguel, sabía que no podría resistirse, Carlos no se conformaría con una mamada, necesitaba demostrar que era el dominante y nosotros unos meros esclavos para satisfacerle…

Antes que su estaca lo perforara, volví a humedecer el pollón de la fiera y escupí en el culo de Miguel. - Ya me has visto follar, así que no te voy a negar que te va a doler… pero con el tiempo sabrás apreciarlo, y me pedirás más… ¿verdad Juan? - dijo blandiendo su cipote.
Miguel, con voz temblorosa, rogó:

- Ten compasión, nunca me han follado…

Yo sabía perfectamente que las súplicas de nada servirían con mi primo, por más que Miguel se resistiera, iba a ser penetrado con una fuerza descomunal. Tumbé a Miguel en una de las camas, levantándole las piernas y apoyándolas en los hombros de mi primo. Todo su cuerpo temblaba.

- Qué ganas de petar un culito virgen, mmmmm, vamos allá… - rugió Carlos.
El grito de dolor que aulló Miguel se escuchó hasta el último recóndito lugar del motel. Recordé la primera vez que mi primo me penetró, con lo cuál entendía perfectamente sus muecas de dolor.

- ¡Uff, mmmmmmmmmm, siente mi cañón llenando tus entrañas!! Ya puedes gritar y bramar todo lo que quieras, no pienso parar hasta dejarte como un pavo relleno. - jadeó.

Sus pelotas de toro en celo rebotaban sobre las nalgas de Miguel, que intentaba no llorar de dolor, y al mismo tiempo placer, antes las duras embestidas. Me dispuse a mamarle la verga, para aumentar su gozo y ahuyentar un poco el dolor extremo de la brutal follada. Su polla estaba tiesa, juraría que hasta más gorda y  grande que otras veces, con el glande rojo a punto de estallar.

Después de un rato los alaridos de dolor dejaron paso a los jadeos de regocijo. En el fondo, Miguel quería ser empalado por Carlos, bucal y analmente, y por fin ese sueño se materializaba. Si no lo había probado con su padrastro Romano, era por falta de decisión de este.
Su polla soltaba un rico jugo preseminal que yo me dispuse a saborear, esperando recibir una eyaculación de campeonato en mi boca.

- Arghhhh, buarghhhh, mmmmm, siiiiiiiiiii, te voy a partiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiirrrrrrrrrrrrrrrrr en dos, mmmmmmmmmmmmmmm, argghhhhhhhhhhhh - vociferó la bestia.

Pronto, el culo de Miguel se llenaría con los mecos de Carlos. Y esa sensación hizo que de su polla, tiesa como una lanza, salieran grandes ráfagas de leche, llenándome la boca. Gritó de placer, lujuria y deseo, haciendo notar el gran orgasmo que había tenido, y en cierta manera, para demostrar a Carlos que estaba preparado para recibir su descarga entregándose totalmente a él.
Me costó tragarme tal cantidad de leche, pero le dejé el rabo bien limpio.

Carlos seguía empotrando con dureza, como un animal en celo lo estaba empotrando, rugiendo como una fiera, sujetando las piernacas de Miguel con sus brazos musculados. - Siiiiiiiiiiiiiiiii, mmmmmmmmm, argggggggggggggghhhhhhhhhhhhhh, brrrrrrrrrrrrrrrrghhhhhhh, mmmmmmmm, arghhhh, teeeeeeeeeeeee vooooooooooooooooooooooooyyyyyyyyyyyyyy a preñaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaarrrrrrrrrrrrrr - rugió Carlos clavando su pollón hasta el fondo y vaciando una enorme cantidad de lefa, que salió disparada del culo de Miguel con las embestidas que seguía dándole.

La habitación se llenó de gritos, gemidos, jadeos post-orgasmo, rugidos, respiraciones profundas. Carlos desclavó su enorme herramienta, la restregó por todo nuestro jeto, obligándonos a dejarle el falo limpio.

- Así putones, hasta la última gota de mi néctar, no desperdiciéis nada - ordenó mi primo.
Nuestras lenguas recorrieron su tronco, sus pelotas, la punta de su glande. Compartimos los restos de lefa morreándonos, besándonos, mientras Carlos nos sujetaba la cabeza. Me deslicé hasta el culo de Miguel abierto de par en par, y absorbí los regueros de leche que brollaban de él, para después vaciarlos en su boca.

- Cómo disfrutáis con la leche de vuestro amo, ¿eh?. Durante este viaje, vais a servir a vuestro chulo sin rechistar - nos advirtió como un macho alfa de una familia de leones y añadió - Miguel, dejaré que sigas disfrutando del culo de mi primo, pero recuerda, yo siempre tengo la última palabra, que sirva esta follada que te he pegado de advertencia… no quiero mariconeos entre nosotros, yo soy 100% activo y muy hetero, que me guste reventar culos y forzar bocas de putones como vosotros no tiene nada que ver…

Con el discurso de Carlos nos quedó claro los roles de cada uno: él el 100% activo, Miguel pasaba a ser versátil y yo el pasivo obediente. Así pues pasamos el viaje, follando como fieras y vaciando huevos, complaciendo a nuestro león.



Comentarios

  1. Bienvenido!!
    Se te echaba de menos, pero se nota que has vuelto con fuerza, con la fuerza de un alfa.
    Me huelo que este viaje en tren va a dar mucho juego.
    Esperando la próxima
    Hotdardo 🎯

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  2. Uffff Bravo bravísimo !!!
    Me ha encantado ese viajecito en tren.
    Has conseguido que tenga mi polla como las vuestras durante todo el relato.
    Gracias. Sigue así. La espera siempre merece la pena con la calidad que lo haces.

    Un saludo de Rabobitch

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    Respuestas
    1. Muchas gracias por el comentario!!! Me alegra que te haya gustado y que haya surgido efecto en tu polla. Espero que te hayas marcado un buen pajote... jejeje

      Espero no tardar tanto en ofreceros otro(s) relato(s)

      Un abrazo Rabobitch!!

      Paquetes 76

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  3. Una larga espera que ha merecido la pena ;-)
    Con tanto folleteo no entiendo como no descarriló el tren, jaja
    Muy morbosa la escena que se la maman a Carlos mientras dormía.

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    1. Gracias perro!!
      Si la verdad es que muchos firmaríamos por estar en ese vagón con este trío de viajeros morbosos.

      Me alegro que te gustara la escena de la mamada mientras el primo duerme. Esa sensación de riesgo, de llevar el sexo al límite nos pone mucho.

      Saludos!!

      paquetes76

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  4. Soy un hombre pasivo, he tenido muchas oportunidades de tener un pene en mi culo haciéndome muy feliz, amo a los machos que cogen culos de gays ya los hombres que disfrutan el sexo anal, para mi la mayor felicidad de un hombre es tener 20 cm entrando y saliendo del recto con dulzura

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    1. Buenas Antonieta!
      Espero que pronto encuentres un pollón descomunal que complazca tu culo. Disfruta del sexo gay a tope!!

      Saludos!

      Paquetes76

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  5. Dios mío, hay que ver cómo me has deja'o. Me encantaron todos tus relatos. Super morbosos. Yo recién estoy empezando a publicar los míos. Pero que sepas que los tuyos me encantan, me inspiran y me vuelven loco. Gracias por compartirlos. Saludos desde Argentina.

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  6. Me alegra saber que te han gustado y que sean fuente de inspiración! Espero que me dejes leer uno de tus relatos.
    Ánimos con la escritura!!
    Saludos!!
    Paquetes76

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  7. Ufffff excelente historia, me puso súper cachondo

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    1. Me alegro que te haya gustado! Esa es la intención que mis relatos os pongan bien cachondos!!

      Saludos!

      Paquetes76

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